El edificio del Parlamento de Budapest nació de la necesidad de mostrar la creciente independencia de Hungría dentro del Imperio Austrohúngaro. Un concurso de diseño en 1880 despertó el orgullo nacional, y ganó la visión neogótica de Imre Steindl. La construcción comenzó en 1885 y duró casi dos décadas, con la participación de más de 100.000 trabajadores. El edificio se inauguró oficialmente en 1902, aunque las obras continuaron durante años.
Construido casi en su totalidad con materiales húngaros, simboliza la unidad y la identidad nacional. A pesar de los daños sufridos en la Segunda Guerra Mundial y durante el levantamiento de 1956, ha sido cuidadosamente restaurado. Hoy funciona como sede del gobierno y como símbolo perdurable de la resistencia húngara.